Una de mojados

Ayer llovió y me mojé...

Uta.. tanto esperar para que salgas con eso - dice uno de mis lectores, un tanto contrariado

No no no... no me refiero al hecho de haberme mojado por que me agarró la lluvia... sino a que me mojé por que me quise mojar.

Simplemente comenzó a llover y salí a caminar. Hacía mucho, pero mucho tiempo que no hacía eso. Solamente caminar bajo la lluvia, sin rumbo definido, sentir el agua fria recorriendo tu espalda, ver como la gente corre a refugiarse, levantar la cara y sentir las gotas golpeando tu rostro... es más... hasta disfrutar el chapoteo de tus calcetines dentro de tus zapatos.

Por supuesto que despues de media hora debajo de la lluvia estás hecho una sopa (y no precisamente de caracol) sin embargo es una experiencia, que al menos a mi, me resulta de lo más desestresante y gratificante.

Regresé a mi casa escurriendo... y para evitar algún tipo de resfriado me metí a bañar, ahora con agua caliente, la cual disfrutas enormemente, pues una vez que dejas de mojarte comienza a darte frio.

Supongo que alguno de mis 3 lectores disfrutará al igual que yo el mojarse con el agua de lluvia y no me dejará mentir que es delicioso. Para los que no les guste mojarse: ¡De lo que se están perdiendo!

Saludos a todos