Paisaje

Aquí sigo, ajustándome al ritmo de mi edad y buscando un equilibrio estable entre el recuerdo y el deseo.

-Envejecer tiene su gracia - comenta sagaz uno de mis lectores

Así es, y yo lo comparo a la manera en cómo aprendes a bailar... cuando tienes que seguir el ritmo de la pareja o dejas que ella se acople a tí... Aunque en este caso tenga que bailar solo.

Sin embargo, y a pesar de que en estos momentos estoy viendo un paisaje muy poco uniforme, trato de adaptarme a la brusca experiencia de ver perdida mi juventud para siempre.

Ahora soy un poco más sólido y menos transparente, tratando de edificar mi pensamiento en eso que suelen llamarle experiencia, que es, en el mejor de los casos, un acuerdo verbal con la vida, para no sufrir más de lo necesario... ni menos.

Trato de encontrarle las ventajas, pero sobre todo encontrarle un entendimiento al paso del tiempo. Te das cuenta de que lo que pierdes, muchas veces es más de lo que vas ganando. Pero lo afrontas, y si sales bien librado, lo aceptas.

Y como aquél personaje de esa olvidada canción, que todos alguna vez hemos escuchado, que cambia sus canicas por botas de charro, vamos por la vida haciendo trueques sin sentido. Cambias tu felicidad por un empleo remunerado, cambias tus sueños por responsabilidades y terminas pidiéndole a un amor que solo sea tu amigo.

- Soy hombre: duro poco y es enorme la noche - Escribe poéticamente Octavio Paz... y cuánta verdad tiene al saberse mortal, un mortal como este servidor que solo escribe imágenes y pierde el beneficio de la duda.