Escríbeme

Recuerdo aquellos años de mi infancia, un sonido en particular... un silbato que sonaba a la puerta de mi casa por las mañanas. La verdad es que era bastante sorpresivo escucharlo... y ese silbato daba la señal para decirte: "Ha llegado correspondencia a tu domicilio"

Me acuerdo que salía corriendo a abrir la puerta, por supuesto al cartero ya lo conocía y lo saludaba sonriente... Recibía la carta.

Generalmente eran los parientes los que te escribían, o algún amigo y si tenías suerte recibías la contestación de alguna de tus cartas que habías enviado a Chabelo o al Tio Gamboín...

El oficio de cartero no se ha perdido, sin embargo todo ha cambiado... ahora cuando llega es para llevarte: las deudas de sears, liverpool, la tarjeta de crédito, telcel... y demás deudas que tengas con alguna institución. Es muy raro recibir una carta estos días.

Ahora la comunicación se ha vuelto más impersonal. Recibes un mail que ha dado la vuelta al mundo o recibes un mensaje al celular, con palabras recortadas para que quepa lo que quieres
decir... En verdad añoro aquellos tiempos en que de puño y letra te saludaban y te contaban alguna anécdota que te hiciera extrañar a la persona que te envíaba dicha carta.

También soy culpable de no seguir con esta práctica. Hace mucho tiempo que no envío una carta a alguien o ya mínimo un telegrama. Pero si me envías tu dirección y código postal creeme que lo haré.

Yo me llamo Amelia Peláez, pero de cariño me dicen Mela Peláez y vivo en Saltapatrás 490 - contesta emocionada una de mis lectoras.

Sigamos escribiendo... regalemos una sonrisa a alguien:)