Sueño de una noche de verano

lunes, octubre 31, 2011

Sólo un vaso de agua


Sólo voy por un vaso de agua

Me detuve a mirar por la ventana un segundo y vi como la lluvia seguía golpeando fuertemente contra ella… a lo lejos una pareja se bajaba de su carro y corrían a buscar donde refugiarse de la lluvia…accidentadamente abrían la puerta de su casa y se metían, no sin antes darse un beso todos empapados.

Cierro la cortina pues el frío se cuela y me dirijo a la cocina y aunque intento no hacer ruido, el movimiento de vasos crea un sordo ruido cristalino que pone mis sentidos alerta.  Abro el refrigerador, pero ya no hay refresco… tendrá que ser agua.

Dejo el vaso a la mitad y me regreso a la ventana… me gusta ver como llueve y aunque no pasan muchos carros por esta calle, puedo ver que todavía hay movimiento en las casas de mis vecinos.  Los que acaban de llegar yo creo que venían de una fiesta pues se les olvidó cerrar la cortina y ahora están bailando… se les nota el amor en los poros.

El ambiente en silencio me pone a reflexionar lo que he vivido estos últimos años y me hace revalorar lo que tengo.  Me tumbo sobre el sillón y estoy tentado a prender la televisión, pero mejor me quedo con el sonido de la lluvia… y uno que otro relámpago que rompe con la quietud de la noche… una noche en la que ni el velador se atreve a hacer su rondín nocturno diario, amén de terminar hecho una sopa

Ya mis pantuflas están rotas… a una cortina le falta un gancho… a esta pared le hace falta pintura… son muchos los pensamientos que se agolpan en mi mente y no me dejan disfrutar plenamente el momento… otro relámpago ilumina mi casa… una casa de color blanco… una casa con la que alguna vez soñé.

Tengo hambre… y busco en la alacena, nada en especial, solo lo que se me antoje en el momento… encuentro pan integral y un poco de mermelada de fresa y me hago un sándwich… regreso a la ventana…si un vecino me viera pensaría que soy un mirón, pero solo estoy viendo llover… por fin pasa una patrulla a rondar… y mi sándwich ya se terminó.

La lluvia arrecia, checo que estén bien cerradas las ventanas para que no se filtre el agua… me regreso a mi cama

-¿Dónde andabas? – me dices
-Tenía hambre – respondo mientras me quito las pantuflas y me vuelvo a meter a la cama… siento tu piel tibia al abrazarme…

Así abrazados nos volvemos a quedar dormidos… arrullados solo por el sonido de la lluvia.