Sueño de una noche de verano

martes, febrero 20, 2007

Cómo darle una pastilla a un gato



Quizá alguno de mis lectores tiene un gato (a mi me gustan más que los perros) y se ha visto en la necesidad de darle una pastilla recetada por algún veterinario. Si es la primera vez que lo van a hacer, aquí les pongo un breve instructivo de “Cómo darle una pastilla a un gato

1.- Tome al gato y acúnelo con su brazo izquierdo como si estuviera sosteniendo a un bebé. Posicione el índice y el pulgar de su mano izquierda para aplicar una suave presión a las mejillas del gato mientras sostiene la pastilla con la derecha. Cuando el gato abra la boca, arroje la pastilla dentro. Permítale cerrar la boca para que el gato trague la pastilla.

2.- Levante la pastilla del suelo y al gato de detrás del sofá. Tome al gato en su brazo izquierdo y repita el paso 1.

3.- Traiga al gato de la cocina y tire la pastilla baboseada a la basura.

4.- Tome una nueva pastilla de la caja, acune al gato en su brazo izquierdo, manteniendo las patas traseras firmemente sujetas con su mano izquierda. Fuerce la apertura de las mandíbulas y empuje la pastilla dentro de la boca con su dedo medio. Mantenga la boca del gato cerrada mientras cuenta hasta 10.

5.- Saque la pastilla de la pecera y al gato de arriba del librero. Llame a su primo que está en el jardín.

6.- Arrodíllese en el suelo con el gato firmemente sostenido entre sus rodillas. Mantenga las patas traseras y delanteras quietas. Ignore los gruñidos que el gato emite. Pídale a su primo que sostenga la cabeza del gato con una mano mientras le abre la boca con una regla de madera. Arroje la pastilla dentro y frote vigorosamente la garganta del gato

7.- Baje al gato de la cortina. Traiga otra pastilla de la caja. Recuerde comprar una nueva regla y reparar las cortinas. Barra cuidadosamente los trozos de las figuras de porcelana y póngalos aparte para pegarlos luego.

8.- Envuelva al gato en una toalla grande y pídale a su primo que lo mantenga estirado, con solo la cabeza visible. Ponga la pastilla en un popote. Abra la boca del gato con un lápiz. Ponga un extremo del popote en la boca del gato y el otro en la suya. Sople.

9.- Verifique la caja de las pastillas para asegurarse de que la pastilla no es dañina para seres humanos. Beba un vaso de agua para recuperar el sentido del gusto. Aplique alcohol con un algodón en el brazo de su primo y limpie la sangre de la alfombra con agua fría y jabón.

10.- Traiga al gato de la azotea del vecino. Tome otra pastilla. Ponga el gato en el closet y cierre la puerta sobre su cuello, dejando solo la cabeza fuera del mismo. Fuerce la apertura de la boca con una cuchara de acero inoxidable. Arroje la píldora dentro con una resortera.

11. Vaya a la cochera a buscar un desarmador para volver a colocar la puerta del closet en sus bisagras. Aplíquese compresas frías en las mejillas y verifique cuándo fue su última dosis de vacuna contra el tétanos y descanse.

12.- Lleve a su gato a un veterinario.

A poco no son hermosos los gatos :)

viernes, febrero 02, 2007

Teléfono sonando


En días pasados escuché en las noticias, que los teléfonos celulares se han convertido en el regalo por excelencia entre las parejas... ¡Qué dadivosos!

Me imagino la escena: El chico llega con su quelite (para mis amigos de Japón, así se le dice a tu pior es nada, ¿quedó claro?) y le entrega un regalo, finamente envuelto con papel de colores y un moño enorme. Ella, quien por supuesto ha estado esperando el regalo, pues sabe que ese día cumplen "7 meses de novios", recibe gustosa el regalo y comienza a romper literalmente la envoltura.

¡Un celular! - exclama ella - ¡Y con camarita y jueguitos, como el que vimos el otro día! ¡El que te dije que me gustaría tener!

Todo es felicidad, comparten tonos, se toman fotos con la camarita, se mandan mensajes multimedia llenos de miel y palabras empalagosas: "Te extraño... y eso que apenas hace 2 horas que nos despedimos"

Ahora viene lo bueno. Una encuesta en la Gran Bretaña arrojó que más de la mitad de los truenes entre parejas ha sido por causa del celular. Esto es: las parejas comienzan a espiar la actividad del otro en su celular... empiezan a celarse por tal o cual mensaje o tal o cual contacto... y en el peor de los casos, este mismo estudio arrojó que dichas parejas terminan con un simple y llano SMS... "No puedo seguir contigo, no eres tú, soy yo. No me busques más" y ahí termina el gusto por ese celular. ¿Les suena familiar?

¿Todavía tienes ganas de regalarle un celular a tu "Cuchurrumín precioso"? Está de pensarse, ¿qué no?