Sueño de una noche de verano

martes, abril 22, 2014

¡A la virgulilla!


Uno de los legados más importantes que nos dejaron los conquistadores españoles es nuestro idioma.


A estas fechas ha sufrido tantas modificaciones que inclusive yo propondría que ya no se llame Español sino Mexicano.  Pero esa es otra historia...

Retomando... Nuestro idioma tan rico en expresiones, modismos, definiciones y singularidades, no podemos dejar atrás las reglas gramaticales que conlleva. 

En este momento solo hablaremos de dos de ellas: los acentos y la virgulilla.

-¡¡La qué!! - se espanta uno de mis lectores.

Tranquilo... la virgulilla es esa pequeña rayita ondulada que se le pone a la letra eñe.  Letra por demás importante en nuestro idioma español.

Y es esta letra la que nos sirve para denotar un sinfín de palabras cuyo sinónimo no causaría el mismo efecto: niño, puño, maña, caña, leña, riña... y muchos etcéteras más.

Ahora bien... los acentos.  Un verdadero dolor de cabeza para los que vamos aprendiendo el español.  Sin embargo, una vez que nos aprendemos las reglas de ellos, es fácil detectar dónde se deben poner.

Y, ¿A qué viene todo este rodeo de acentos y virgulillas?

-¡¡De qué!! - vuelve a voltear asustado mi lector.

Pues todo este viene a colación, no tanto por la manera de comunicarse en redes sociales, que ya de por sí es bastante mala, sino la importancia que adquieren estas dos reglas gramaticales al momento de querer traducir el español a otro idioma, como el inglés, por ejemplo.

Y para muestra, basta un botón.  Colocaré una frase, utilizando los acentos y la eñe, y esa misma frase sin estos elementos:

Mi papá tiene 47 años.  Que en inglés se traduciría así: My dad is 47 years old.

Mi papa tiene 47 anos.  Cuya traducción sería: My potato has 47 assholes.

¿Entienden mi punto?

martes, abril 15, 2014

¡Sapito!


Una bella rubia se acerca a una tienda de animales, en busca de una mascota “exótica”... Allí se encuentra con una caja llena de sapos y ranas.
Un cartel dice: "SAPOS SEXUALES" a solo  $2mil, cada uno. Viene con las instrucciones”.
La chica, excitada, mira alrededor por si alguien estuviera escuchando, y le dice secretamente al vendedor:
- "¡Quiero uno!"
El hombre le empaqueta uno y le dice que solo tendrá que seguir las instrucciones. La mujer le paga y sale disparada a su casa.
Ya en casa, abre la caja, lee las instrucciones muy cuidadosamente y las sigue al pie de la letra:
1. Tome una ducha.
2. Use un perfume exquisito.
3. Póngase un baby doll muy sexy.
4. Métase a la cama y deje que el sapo actúe como se le entrenó.
Así lo hace... se mete en la cama con el sapo y … NADA. No ocurre nada. Relee las instrucciones y en un último párrafo ve el siguiente aviso:  "Si tuviese algún problema o pregunta no dude de llamar a la tienda".
Asi que, llama, y el de la tienda le dice:
"Estaré ahí en unos minutos".
En un ratito ya estaba llamando a la puerta. La mujer le recibe y le muestra:
- "¿Ve? He seguido las instrucciones y el maldito sapo se queda ahí sentado".
El hombre, muy contrariado, agarra al sapo y mirándole a los ojos le dice muy enojado:
- "¡¡ESCÚCHAME BIEN, PINCHE SAPO!! ¡¡¡ ESTA ES LA ÚLTIMA VEZ QUE TE VOY A MOSTRAR COMO SE HACE !!!"

Señales



Y las señales se hicieron visibles...  No puedo retomar mi blog no sin antes disculparme por haberlo abandonado un buen rato.

- Hasta que diste señales de vida - comenta molesto el único lector que me queda...

Ya saben como es esto del abarrote donde un año vez que el aguacate encarece y al año siguiente es el limón.

- Y eso... ¿Qué tiene que ver? - comenta otro lector que se dio cuenta que volví a escribir...

Nada, sólo comento un hecho que es, por demás, factible.

- ¡Hasta con palabras bonitas! - exclama mi tercer lector...

Y así, dándole la bienvenida nuevamente a mis tres lectores, me dispongo a continuar.

Las señales han estado presentes a lo largo de mi divertida vida. Por un lado las señales de tránsito, por otro, las señales obscenas de mis enemigos, pero es evidente que sólo es cuestión de poner atención, puesto que están en todos lados.

Ayer, o más bien dicho, esta madrugada, un insomnio de los acostumbrados últimamente, me llevó a asomarme a mi ventana a ver el eclipse lunar.  Mis pocos conocimientos de astronomía me permiten reconocer al planeta Marte a su lado y para rematar la escena: un meteorito cruza de sur a norte.  Volteo a ver el reloj... Las 2:22 am.

Por lo que Te agradezco que mis señales sean tan sutiles como la de esta madrugada.