Esta mañana
Esta mañana mi café tenía un sabor diferente...
Un mosaico de miles de imágenes y experiencias, tejidas con una precisión artesanal se entrelazaban como en una fotografía nítida y magnífica de manera rápida y a la vez calmada, como si fueran golpes de viento que nos empuja a través de nuestra historia, haciéndome enmudecer por la secuencia que veía en mi mente. Épocas de una vida, recuerdos, siempre buenos como los que suelo atesorar.
Añorarte, desear que vuelvas, que llegues... si ni siquiera estuviste aquí. Esperarte. Qué tontería esa de decirte "te echo de menos" cuando tú sabes que te echo siempre de más.
Esta mañana mi café tenía un sabor diferente...
Un sabor a lágrimas que fortalecen y que aprovecha tu cuerpo para cubrir tus momentos de debilidad, para poder recuperar la sonrisa que siempre has tenido, la que siempre te ha caracterizado... pero que desde hace un tiempo no ves.
Si me entra el vértigo, me subiré a la cima de este edificio a respirar este aire enrarecido con tu ausencia... Cargado de esa sensación de culpa y ansiedad por cambiarlo todo. Pero queda ese vacío...
Esta mañana... solo se que mi café sabía diferente.